Mantenga regularmente su sofá de cuero con un paño suave y húmedo, usando movimientos ligeros y circulares. Entonces límpiese con un paño seco. Alimentar regularmente el cuero para que se mantenga flexible. Para ello, utilice un kit de cuidado del cuero de la tapicería. Nunca use productos abrasivos. Consejo para eliminar las manchas: usar polvos de talco. Déjalo una hora y quita el polvo con un trapo. Si es necesario, repita la operación y luego proceda a la limpieza general del sofá. No te sientes sobre el cuero con ropa mojada o húmeda. Evite la exposición directa y prolongada del sofá a la luz del sol: los colores pueden desvanecerse. No coloque el sofá cerca de una fuente de calor (radiador, chimenea, etc.) o de una fuente de humedad. El calor y la humedad pueden dañarlo.